
Si me dan a elegir a una mujer que represente el tipo de belleza que me gusta y, que se ponga lo que se ponga, siempre sabe lucirlo me quedo con Vicky Martín Berrocal. La diseñadora andaluza no aparece en ninguna de las listas de las más elegantes de 2013, ni tampoco encarna al tipo de mujer por la que se decantan las firmas para ofrecer sus propuestas sobre la pasarela. Es más, representa justo lo contrario, una mujer entrada en carnes, que no entra en una talla 40 pero que lejos de esconderse sabe muy bien como utilizar sus curvas para llamar la atención, con sus diseños dirigidos a una mujer sin complejos.


Por eso me gusta su físico y por eso me ha convencido en su faceta como diseñadora, aunque reconozco que no soy una gran amante del estilo andaluz a la hora de vestir. La escojo porque me recuerda a Sofía Loren, con su mezcla de sensualidad y elegancia, mostrando orgullosa sus curvas o a la también actriz italiana, Monica Belucci, otro mito erótico que a diferencia de otras compañeras del celuloide no luchan a diario por meterse en una talla 36, o si me apuras una 34, como si la delgadez extrema fuera el único sinónimo de belleza. Quizá por eso mismo siempre me ha gustado Vicky, porque no encarna el tipo de mujer que se sube a las pasarelas y que nos venden en los productos de belleza, sino una mujer racial que no esconde su cuerpo.
Reconozco que a veces peca en exceso tratando de meterse en tallas especialmente ceñidas para sus medidas pero me gusta su belleza, sus modelos que acentúan su sensualidad y la manera de lucirlos y, sobre todo, porque siempre sabe darle un toque a su look con el que nunca pasa desapercibida. Ya sea unos pendientes XXL, un sombrero andaluz o unos taconazos imposibles.

Este toque especial es el que la ha llevado en muy poco tiempo a ser considerada, junto a Juana Martín, la diseñora de moda flamenca del momento. Cuando una famosa se hace diseñadora de la noche a la mañana nunca acabas de creerte cuánto de su trabajo ha sido fruto de su esfuerzo o más bien de un equipo bien asesorado y la publicidad que genera su nombre. Pero siempre hay excepciones, y la de Vicky es una de ellas, galardonada con el premio Top Glamour a la mejor diseñadora de trajes de flamenco. Lejos de encasillarse su colección de bolsos y accesorios ha tenido mucho éxito y también sus vestidos de fiesta como el que llevó su hermana a la boda del torero Miguel Ángel Perera, cuya novia lucía orgullosa un diseño de Vicky con una larga cascada de volantes, sello inconfudible de la andaluza. Para las que lo del toque andaluz no les guste demasiado, no os perdáis el modelo Santacruz de su colección de novias con escote en uve de encaje, fruncido en la cintura y una larga caída. Podéis verlos en su página web:
www.vickymartinberrocal.es

Sus modelos, elaborados con materiales de siempre, ofrecen nuevos usos en el traje de flamenca para realzar la silueta femenina. Si algo ha conseguido la andaluza es acercar este estilo a las revistas de moda dotándolo de un glamour de alfombra roja que hasta el momento apenas se había explotado. Sus diseños han sido fotografiados por Annie Leibovitz para Vogue América y hasta ha conseguido que uno de sus vestidos fetiche ceñido, en color rojo pasión y plagado de volantes en la cola sea el protagonista del calendario Campari 2014, que luce con pose andaluz la actriz Uma Thurman. Por eso elijo a Vicky, por vestir a una mujer sensual, femenina, elegante, racial y sin complejos.
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