
No podía dejar pasar una boda tan mediática como la de María
Colonques, hija del presidente de Porcelanosa, para comentar los aciertos y
desaciertos de un enlace plagado de caras conocidas y todo un despliegue de diseños
en el que triunfaron los vestidos cortos y sobrios y en el que ninguna invitada
brilló de manera especial. La novia demostró tener buen gusto a la hora de
elegir al diseñador de su vestido, nada menos que el libanés Elie Saab, que
firmó un espectacular modelo color nude con escote palabra de honor y brocado
en pequeñas flores formando líneas horizontales. Para mí el primer acierto del
enlace que combinó a la perfección con un discreto velo de tul y un
semirecogido muy sencillo con el que destacaban todavía más los pendientes
largos de brillantes que lució la novia. El bouquet de flores blancas fue la
mejor opción para acompañar a un vestido enteramente bordado con pedrería.
Muchos criticaron que debería haber sido más especial al diseñarlo especialmente
para ella en lugar de tan parecido a los vestidos de alta costura realizados
por el libanés.


Después de la novia me resulta complicado elegir a la más
elegante de las invitadas porque ninguna arriesgó con sus vestidos y más de una
metió la pata en su elección. Pero si tengo que elegir, aunque os sorprenda, me
quedo con las invitadas más mayores y que, para mi gusto, fueron las más
elegantes: Isabel Preysler de Óscar de la Renta y Carmen Martínez-Bordiu de
Zahair Murad. La primera combinó a la perfección un vestido blanco con lunares
negros y cuerpo de encaje con unos espectaculares zapatos de Christian
Louboutin y la segunda brilló con un vestido repleto de pailletes en vivos
colores que supo mezclar con complementos en rojo pasión. También me pareció acertada
la elección de Amaia Salamanca que optó por un holgado vestido azul noche con
dibujo en azul oscuro y manga tres cuartos, que combinó con un clutch fucsia
aunque tampoco llamó especialmente la atención. Y en mi corta lista de las
mejor vestidas al evento incluyo el vestido de Azzaro en color Frambuesa de
Charisse Verhaert, mujer de Julio Iglesia Jr. Que aunque simple resultó
acertado.


Del otro lado de la balanza incluyo a las hija de la musa de
Porcelanosa: Tamara Falcó y Ana Boyer que no supieron estar a la altura de su
predecesora. El estampado floral sobre fondo negro que lució Tamara le echaba
varios años encima y me pareció excesivamente corto para una boda, otro fallo
de su hermana Ana Boyer que siempre opta por vestidos cortos e hiperajustados
combinados con altísimos zapatos de plataforma que no le favorecen. En esta
ocasión escogió un vestido rosa palo de escote en V, cuajado de pailletes y
complementos en nude y dorado con el que apenas llamó la atención. Sin olvidar
que nunca arriesga con el peinado y opta por una melena suelta y lisa sin nada
de forma.


En mi lista de las peor vestidas ocupa un lugar destacado
Astrid Klisans, la mujer de Carlos Baute, que optó por un sosísimo vestido
cóctel en dorado con complementos en negro con el que prácticamente pasó
inadvertida. Todo lo contrario que María José Escalona, mujer de José María
Manzanares, que sí que captó toda la atención pero por su desmesurado uso del
rojo con un vestido de Valentino de encaje con falda vaporosa acompañado de
unos zapatos rojos y un bolso nude. El vestido no le favorecía y los
complementos apagaban el look. Además todas las invitadas jóvenes llevaron el
pelo suelto y ninguna se atrevió a lucir un elegante recogido o tocado tan de
moda en este tipo de eventos. Por último, no puedo
cerrar este post sin mencionar a la siempre original Cayetana de Alba que captó
todas las miradas con un vestido con falda abullonada y detalles en 3D. Puede
resultar excesivo pero al menos arriesga y demuestra estilo propio no como el
resto de invitadas que, sin embargo, podrían ser sus nietas.
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